Historia lectora
“Leer no es natural. Más aún, hablar y conversar no son actos naturales, sino culturales (...) El lenguaje articulado no es un fenómeno de la naturaleza sino de la cultura, del grupo social. Principalmente el lenguaje simbólico, que va más allá de la mera indicación concreta y trabaja con abstracciones. Pura cultura. Si nadie enseña, nadie aprende.”
Ana María Machado (2018)Esta actividad tiene como finalidad analizar y poner énfasis en el reconocimiento de mi propia experiencia lectora.
Con base a ello pude darme cuenta como a ha sido mi trayecto y acercamiento hacia los libros desde la infancia y avanzando hacia el presente.
Historia lectora de Adriana Patricia Arroyo Torres.
El inicio de mis primeros acercamientos con la lectura, comienza alrededor de los 4
años. Recuerdo que desde niña a mí me gustaba ver como mis hermanas (todas
mayores que yo) realizaban su tarea en mi casa y ellas me platican que yo siempre
me acercaba y les decía que me le leyeran un cuento, o que les preguntaba; ¿Qué
dice ahí? Ellas siempre me contestaban, aunque a veces me respondían cosas que
no tenían sentido o me respondían cualquier cosa con tal de que yo no estuviera
ahí con ellas.
Poco después, entre al preescolar donde recuerdo que mi maestra siempre nos leía
unos cuentos que me parecían muy interesantes y que siempre me atrapaban y me
hacían imaginar todo ese mundo que aparecía en las lecturas. Precisamente no
recuerdo que cuentos nos leía, pero lo que si recuerdo es que tenía mucha habilidad
para poder entretenernos con esas lecturas y hacer que nos imagináramos los
escenarios.
Más tarde entre ala primaria donde fue que ya comencé a leer por mí misma,
aprendí de una manera muy rápida y gozaba el saber leer porque ahora yo ya me
podía leer a mí misma una y otra lectura, al principio yo quería leer en todas partes
y recuerdo que cualquier cartel que veía, me acercaba a leerlo y después iba y le
platicaba a mi mama que estaba ahí escrito.
A pesar de que en mi casa no había una biblioteca o si quiera unos 3 libros para
poder leer, yo buscaba cualquier escritura en la calle, en la casa, o en la escuela
para poder interpretar que es lo que decía.
Luego que fui creciendo seguí teniendo el gusto por la lectura, recuerdo que cuando
estaba cursando la primaria cada semana nos hacían evaluaciones para saber que
tantas palabras leíamos por minuto y yo era la que mejor y fluidamente leía de mi
Salón. Poco después mi mama se enteró de un proyecto que se estaba realizando
en la biblioteca cercana a mi comunidad cuál propósito era fomentar la lectura en
los niños y jóvenes el cual consistía en elegir el libro de tu agrado, llevarlo a tu casa
y posteriormente regresar para acreditar el examen en el cual te hacían preguntas
relacionadas al libro que tu habías leído. Yo muy entusiasmada por querer leer y
apoyar a mi mama económicamente le dije que yo me quería inscribir. Mi mama me
llevo a la biblioteca me registraron y me traje un libro que sinceramente no recuerdo
cómo se llamaba, pero siempre trataba de elegir libros que no estuvieran tan largos
porque tenía miedo de que no fuera a pasar los exámenes. Luego mi mama les
comento a mis tías que yo me había inscrito en ese proyecto y ellas también
comenzaron a llevar a mis primos, así que íbamos presentábamos los exámenes y
nos regresábamos con un libro nuevo.
Me acuerdo mucho de una ocasión en la que llegamos todos a presentar el examen
y mis primos no acreditaron, se pusieron a llorar y ya no quisieron leer más, mientras
que yo iba y regresaba con un libro nuevo. Al cubrir la totalidad de libros que se
tenían que leer me entregaron una beca en efectivo y yo la compartí con mi familia.
Fui creciendo y en la secundaria fui parte de un concurso de oratoria, y a pesar de
que me gustaba mucho la lectura siempre se me ha hecho difícil poder expresar o
interpretar con mis propias palabras lo que leo y pues efectivamente no resulté
ganadora, pero me sentí muy orgullosa por haber participado.
Luego me fui distanciando un poco de la lectura y actualmente no leo mucho, sin
embargo, me gustaría comenzar a leer nuevamente y me estoy poniendo como
propósito comenzar a leer más, además de que ahora que ya soy mamá trato de
inculcarle la lectura a mi hijo leyéndole cuentos breves en las noches, así como
también colaboro en las actividades de lectura del preescolar al que asiste.
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